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REFLEJO  DE ALMAS 

modelo

La ética de las

CGI models

          Las “CGI models”, es decir, modelos generadas a computadora, se están volviendo más populares cada día. A primera vista podemos pensar que son seres humanos reales, pero si las observamos con más cuidado nos daremos cuenta de que hay algo extraño en ellas: no tienen ninguna imperfección. Estas modelos han sido diseñadas con rasgos faciales y figuras perfectas, tomando en cuenta los estándares de belleza occidentales; son muy delgadas, de rostros simétricos y piel impecable. Hasta ahora, marcas como Louis Vuitton, Balmain y Burberry han utilizado este recurso para promocionar sus campañas. Muchos están intrigados, pero otros consideran esto deplorable.

           El trabajo de los diseñadores y desarrolladores detrás de estas modelos e influencers es increíble, la exactitud con la que lograron recrear el cuerpo humano es impresionante y su arte es de admirar. Sin embargo, vivimos en una época en la que podemos usar nuestros talentos para cambiar el mundo y mejorarlo, y el contribuir al atraso de una industria mediante ellos no me parece ético.  El mundo de la moda ha experimentado avances (muy lentamente) en cuanto a la diversidad de sus modelos y ética de sus ambientes de trabajo; se ha empezado a darle más valor y aprecio a los trabajadores que contribuyen en una colección. Pero si ya los castings para los shows y campañas son muy competitivos, con modelos CGI lo son muchísimo más. ¿Por qué conformarse con una persona real, que tiene defectos, sentimientos y pensamientos propios, si puedes crear y moldear a una modelo como quieras? Los artistas se defienden bajo el pensamiento de que “la tecnología no es mala ni buena” y que no podemos calificar a sus creaciones como algo malo. Es verdad, estas “personas” virtuales no son malas, pero sí lo son los publicistas y empresarios que deciden reemplazar a mujeres reales por ellas.

              Una de las principales razones por la cual las marcas prefieren trabajar con modelos digitales es que se pueden “eliminar los errores humanos de una colaboración [entre influencers y casas de moda]”. También dicen que son ecológicamente sustentables porque no se necesita que modelos reales viajen, ni se tiene que destruir la ropa usada que no se puede vender. Es preocupante cómo creen que el que existan modelos reales es el problema, cuando en verdad son las decisiones poco ecológicas tomadas por las marcas ¿Por qué en vez de tirar esa ropa a la basura no la regalan?

            El futuro de estas modelos e influencers es incierto, algunos dicen que tomarán el lugar de las personas reales, y otros que no lograrán conectar de verdad con el público porque son seres vacíos y sin sentimientos reales. La verdad es que son una demostración de que la tecnología y el arte pueden ir de la mano, pero también que poco a poco el mundo se está deshumanizando y la película de suspenso “Ex–Machina” no está tan alejada de la realidad.

           Solo espero que sepamos definir los límites de esto y que nuestro mundo no se vuelva un libro de ficción sobre robots con inteligencia humana que controlan a las personas.

   

Mariana Camargo

La Generación Z

           Los meses posteriores a la cuarentena debido al Covid-19 no van a ser nada similares a la vida que teníamos antes del brote de este virus. Las relaciones interpersonales cambiarán completamente, todos valoraremos más lo que tenemos y apreciaremos a las personas que nos rodean. Los talentos ocultos que se dieron a conocer durante este tiempo de encierro se desarrollarán y probablemente nuestros intereses serán otros. Nos hemos dado cuenta del poder de las redes sociales y las telecomunicaciones. La generación Z empezará a tomar el lugar que anteriormente pertenecía a los millenials y pasará de ser el futuro a ser el presente.

             Ocurrirá un renacimiento, así como pasó hace cinco siglos atrás. Después de una pandemia y tiempo de oscuridad, nosotros le daremos un renacer al mundo. Somos la generación más consciente en temas ambientales, la más creativa, la más diversa étnico-racialmente, entendemos la tecnología y sabemos que nuestro futuro depende de cómo la desarrollemos. Sin embargo, no va a ocurrir nada si no nos esforzamos. Debemos alzar nuestras voces, y saber que si somos constantes y fieles a nuestras creencias y principios seremos escuchados. No podemos dejar que unos pocos nos controlen injustamente, que siga existiendo gente oprimida bajo sistemas y líderes a los que no les importa el bienestar de nadie.

             Podemos cambiarlo, pero tenemos que actuar ya. No podemos tener miedo. Es nuestra vida, nuestro futuro y el de las siguientes generaciones. Si no nos encargamos de los problemas del mundo e instamos a que se solucionen en este momento después será demasiado tarde.

       Cambia al mundo estudiando, enseñando, escribiendo, debatiendo, informándote y ayudando a los demás. Hazlo desde tu casa, tu colegio, con tus amigos y familiares, firmando peticiones o haciendo donaciones. Ya no podemos ignorar los problemas de los demás países y personas, la globalización lo ha hecho imposible. Tus preocupaciones son mías también, y no puedo dormir por las noches sabiendo que pude haberte ayudado de alguna manera y decidí no hacerlo.

             No creo que seamos la generación “insensible” o “de cristal”, simplemente hemos estado expuestos a más información y hemos abierto los ojos. Se nos hace más fácil reconocer las injusticias y alzar nuestras voces en contra de estas porque nos hemos educado, muchas veces por nuestra cuenta y mediante el internet, sobre ellas. No es “ofenderse por todo”, como muchos dicen.

       De todas maneras, no debemos ignorar nuestra historia y olvidarnos del pasado; debemos analizarlo, entenderlo y tratar de no cometer los mismos errores de las generaciones anteriores. Tenemos que leer, estudiar y sacar nuestras propias conclusiones.

         Lo que pase después de esto y si el mundo mejora o no dependerá de nosotros y de cuánto nos esforcemos en generar un cambio. Es posible, el primer cambio es creer y confiar en nosotros mismos.

Mariana Camargo

Jóvenes en un taller

Sección escrita por:

Mariana Camargo 

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